Extranjeras en El Salvador

Conoce encantadoras historias de mujeres de otros países que han encontrado su segundo hogar en El Salvador.

BÉLGICA Esmeralda Masini

Esta elegante mujer de origen italiano-belga llegó al país con su esposo a quien conoció en Bélgica en 1993. “Mi esposo era muy dedicado a su profesión y un día me dijo ‘quiero regresar a El Salvador’ porque decía que había mucho por hacer y encontró la oportunidad de fundar una institución educativa con especialidad en idiomas. Así fundó la Academia Europea”.

Ella aceptó el reto y colaboró con el sueño de su esposo, quien falleció hace seis años. “Él era lingüista/educador y lo apoyé. Ahora estoy por cumplir mi sueño relacionado con mis estudios. En mi país estudié estética y maquillaje profesional y he tomado nuevos estudios para convertirme en consultora de imagen personal y ‘coaching’ integral”, explica. Para ello realizó cursos en España, Bélgica, Francia y Colombia.

Durante su vida profesional en su país natal y en Francia se dedicó a representar por muchos años a firmas como Yves Rocher y gerenció marcas exclusivas como Chanel, Yves Saint Laurent y Christian Dior.

Durante los 21 años de vivir en El Salvador dice haber sido muy feliz pues todo le gusta, “me siento como en casa”.

Aquí nacieron sus dos hijos y ha sido bendecida. “Extraño a mi familia, la gastronomía belga e italiana, pero estoy muy agradecida con Dios porque he podido visitarlos siempre. En Italia mi familia es muy numerosa”.

Cuenta que en principio el cambio fue dramático, especialmente porque no hablaba español, pero reconoce que en cada cultura hay que aprender lo bueno y desechar lo malo “Me vale que soy muy  positiva”.

Masini explica que admira al salvadoreño, “es trabajador y tiene grandes deseos de aprender, pero sin duda que hay que trabajar mucho en lo social para que el país sea próspero, promover la cultura y el arte para erradicar la violencia”, añade.

“He disfrutado de la calidez salvadoreña en todos los sentidos, en Europa los países son muy fríos buena parte del tiempo y además están pasando por momentos duros de racismo e indiferencia. Aquí es muy acogedor. Es más fácil que un europeo ame Latinoamérica a que un latino se sienta tan acogido en Europa”.