Extranjeras en El Salvador

Conoce encantadoras historias de mujeres de otros países que han encontrado su segundo hogar en El Salvador.

CHILE Rita Espinoza

Después de la muerte de sus padres, cuando ella tenía solo 17 años de edad, tuvo que trasladarse a vivir con su hermana quien a raíz de un contrato de trabajo había llegado a El Salvador. Inició sus estudios en la Universidad de Nacional de El Salvador donde obtuvo el título de odontóloga. Después de un tiempo se traslada a República Dominicana, regresa a El Salvador y parte a Chile donde obtiene un postgrado en odontopediatría en la Universidad de Valparaíso, donde se reencuentra con el salvadoreño que la llevaría a establecerse en El Salvador.

“Chile es un país un poco renuente al extranjero aquí es todo lo contrario, llegas y te abren las puertas de la casa. Es un país muy lindo, el verde, la temperatura del agua del mar”, cuenta mientras añora prácticas que disfrutaba en su país natal como tomar el bus y caminar por las calles y sentarse sola a tomar un café.

Rita es odontopediatra con dos subespecialidades: Atención a niños con necesidades especiales y Trauma dental.

Uno de los logros más grandes es la creación y dirección, desde hace 13 años, de un programa social en la Facultad de Odontología de la UES que atiende a niños con necesidades especiales de todo el país. Con frecuencia también participa como exponente en la cátedra de odontología.

“Soy de nacionalidad chilena pero de corazón soy salvadoreña, y me enorgullece conocer bastante de este país, gracias a mi trabajo y mi etapa de estudiante conozco mucha gente se como viven, cómo piensan”.

Al referirse a este país dice que El Salvador es un país alegre, de colores, del maíz, de gente importante en todos los ámbitos, de un Mágico González que le da mucho valor o una Claudia Lars. “El Salvador es una sorpresa”, concluye.