Extranjeras en El Salvador

Conoce encantadoras historias de mujeres de otros países que han encontrado su segundo hogar en El Salvador.

RUSIA Yulia Garmash “A los que llegan les digo: esto es el paraíso”

El paraíso. Así define a El Salvador esta rusa nacida en Siberia. “¿De qué otra forma podría llamar a este lugar alguien que ha vivido con 35 grados bajo cero? Amanecer con calorcito cada mañana es muy rico, lo mismo que las sonrisas de los salvadoreños”, cuenta Yulia, que ya lleva casi cuatro años en el país.

Llegó aquí porque su esposo, argentino, vino por trabajo. “Tenemos una familia internacional, mi marido es argentino, yo rusa y nuestra hija Sasha nació en Guatemala”.

El idioma nunca fue un problema, pero sí el tránsito. “Apenas llegué, iba en un redondel y de repente de un vehículo sacan la mano y empieza a moverla, yo pensaba que me estaban saludando… Pero una amiga me explicó que es una señal para decir que van a girar”.

Desde hace tres años participa en la fundación Forja dando clases de valores en la Escuela Americana. “También soy asesora de imagen personal y por último estoy cumpliendo mi sueño: tengo varios proyectos en la radio y TV.

El país le ha dado momentos de tensión, como los temblores: “Cuando tiembla me pongo a rezar… Vivo en un piso 11 y cada vez que se mueve mi cuerpo produce mucha adrenalina. Por algo le dicen la ciudad de las hamacas”. Lo mejor, según Yulia, son las playas. “Mi favorita es la de Costa del Sol, donde aprovecho para leer libros de Jorge Luis Borges acompañada del sonido del mar. Cuando mis amigas u otras personas llegan al país, las recibo con una frase cortita: ‘Bienvenida al paraíso’’.