Extranjeras en El Salvador

Conoce encantadoras historias de mujeres de otros países que han encontrado su segundo hogar en El Salvador.

ARGENTINA Alcira Alonso “Soy más salvadoreña que argentina”

A sus 86 años, Alcira Alonso puede considerarse más salvadoreña que nadie. Es cierto que nació y se crió en Buenos Aires, Argentina, pero ha vivido más tiempo en El Salvador que en su país natal. Llegó en 1961, hace más de 50 años, para dejar su sello. Su nombre es sinónimo de ballet.

El baile la llevó por toda Latinoamérica, pero por algún capricho del destino se detuvo en El Salvador para hacerse cargo de un puesto de maestra y coreógrafa en la Escuela de Danza. Aquí se quedó para siempre. Aquí encontró al amor de su vida, el escultor Enrique Salaverría, y también decidió que daría pelea hasta profesionalizar el ballet clásico en El Salvador y fundar una Compañía Salvadoreña de Ballet, tarea en la que sigue empecinada.

“Cuando llegué encontré un apartamento en el centro, cerca del Teatro Apolo. Vivía muy bien, iba al mercado a hacer compras, caminaba…

Tuve la dicha de conocer gente de gran calidad, como Claudia Lars, María de Baratta, Esteban Servellón, Salarrué, Morena Celarié, Lito Barrientos…”, recuerda Alcira, quien fue galardonada por la Asamblea como Notable bailarina y profesora eminente de la danza en El Salvador. Además recibió el President Award, que otorga la Real Academia de la Danza en Londres.

Directora y productora de la Fundación Ballet El Salvador, Alcira baila desde los siete años, más que por vocación por una prescripción médica.

Un médico les recomendó a sus padres que le buscaran una actividad como el ballet para sanar sus dolencias en el hígado. Y ya nunca paró de bailar.