Extranjeras en El Salvador

Conoce encantadoras historias de mujeres de otros países que han encontrado su segundo hogar en El Salvador.

COLOMBIA Marta Elena Uribe “Me recibio con los brazos abiertos”

Marte como cariñosamente la llama su familia, es directora de la Editorial Delgado de la Universidad Doctor José Matías Delgado, desde hace unos ocho años. Llegó con sus padres y hermanos en 1974 como parte del traslado de su papá, un médico epidemiólogo que trabajaba como funcionario internacional para la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Cuando arribó apenas pasaba de los 18 años. “Llegué en esa edad en la que uno fácilmente se enamora y me enamoré de un salvadoreño, pero como éramos muy jóvenes para casarnos regresé a Bogotá para seguir mis estudios y él se fue siguiéndome, cuando terminé -seis años después- nos casamos y regresamos a vivir aquí”, añade.

Marte afirma que en estos 40 años en el país el momento más patético que le ha tocado vivir fue cuando regresaba de su luna de miel cuando descubrieron sitiado el centro de San Salvador, luego de la masacre ocurrida ese día durante la manifestación de la izquierda, y donde se vislumbró lo que vendría luego, el inicio de guerra.

Por lo demás, Marte se considera privilegiada de la vida que ha llevado junto a su familia en El Salvador, país que le ha dado tanto, le ha enseñado tanto, que la recibió con los brazos abiertos y del cual aprecia su geografía, su gente y las pupusas de queso que son sus preferidas. “Aquí se comen pupusas todos los domingos como buena casa salvadoreña”, añade.

Afirma que en el país hay muchas cosas buenas y otras que mejorar o cambiar, pero sobre todo dice que si todos estamos unidos podemos hacer la diferencia.

En la actualidad ya ha editado tres libros y forma parte de la Junta Directiva de la Cámara Salvadoreña del Libro desde donde apoya diferentes proyectos relacionados a la lectura y su promoción. Este año organizaron con pocos recursos la Feria del Libro Centroamericana y el Congreso Iberoamericano de Editores.

Al preguntarle qué es lo que más extraña de su tierra afirma que es su familia, la amplia oferta cultural y la variedad de frutas para preparar jugos, por lo que procura cada año ir al menos dos veces.